§ Los ” Trastornos del
humor ” incluyen la depresión, la distimia, y la enfermedad
bipolar.
§ Los niños con depresión suelen estar enfadados o irritables más que tristes.
§ Manifiestan baja autoestima, a veces hablan de que no son queridos, que son tontos, que nada les sale bien y se quejan.
§ Menos del 50% de los niños son tratados adecuadamente para la depresión y los padres subestiman los síntomas.
§ Debido al fracaso escolar, problemas con los amigos, discusiones con los padres por malas notas y mal comportamiento son frecuentes los síntomas depresivos en niños con TDAH.
§ Los niños con depresión suelen estar enfadados o irritables más que tristes.
§ Manifiestan baja autoestima, a veces hablan de que no son queridos, que son tontos, que nada les sale bien y se quejan.
§ Menos del 50% de los niños son tratados adecuadamente para la depresión y los padres subestiman los síntomas.
§ Debido al fracaso escolar, problemas con los amigos, discusiones con los padres por malas notas y mal comportamiento son frecuentes los síntomas depresivos en niños con TDAH.
§ La depresión también
afecta a los niños con síntomas a veces parecidos a los adultos pero
también con síntomas específicos y diferentes según la edad. Un
equivalente depresivo en la infancia es la irritabilidad.
§ En el estudio de Bretón et al.,
alrededor del 60% de los niños con
depresión de entre 6-11 años se derivan a los servicios
de salud mental por trastornos de conducta. 71% de los
niños en este grupo de edad tiene un trastorno depresivo
comórbido con un trastorno de conducta.
La ideación suicida se ha extendido en la población infantil (71%) así como en la población adolescente, tanto los niños (72%) y niñas (85%).
Los problemas de relación entre padres e hijos se observan en la mayoría de la muestra aunque con una mayor prevalencia entre las adolescentes.
La ideación suicida se ha extendido en la población infantil (71%) así como en la población adolescente, tanto los niños (72%) y niñas (85%).
Los problemas de relación entre padres e hijos se observan en la mayoría de la muestra aunque con una mayor prevalencia entre las adolescentes.
§ La depresión hay que
diagnosticarla a tiempo y tratarla adecuadamente.
§ Antes de cumplir los 19
años, 1 de cada 5 adolescentes tendrá un episodio depresivo.
§ El suicidio es
la tercera causa de muerte en jóvenes entre 10 y 24 años.
§ La frecuencia de la
depresión es igual en ambos sexos antes de la pubertad, después es casi el
doble en mujeres.
§ El riesgo de no tratar la
depresión es el suicidio, abuso alcohol, drogas.
§ Si el tratamiento se retrasa a la edad adulta, los síntomas son mas graves y
difíciles de tratar.
Texto adaptado de Lecterix.
Consulte con psicólogo clínico especialista.
Texto adaptado de Lecterix.
Consulte con psicólogo clínico especialista.
Bibliografía
Breton JJ, Labelle R,
Huynh C, Berthiaume C, St-Georges M, Guilé JM. Clinical characteristics
of depressed youths in child psychiatry. J Can Acad Child Adolesc Psychiatry.
2012 Feb;21(1):16-29.
Emslie GJ, Heiligenstein
JH, Wagner KD, Hoog SL, Ernest DE, Brown E, Nilsson M, Jacobson JG.
Fluoxetine for acute treatment of depression in children and adolescents: a
placebo-controlled, randomized clinical trial. J Am Acad Child Adolesc
Psychiatry. 2002 Oct;41(10):1205-15.
La depresión en niños
y adolescentes
Prof. Fernando Bryt Trosman
El estado de ánimo depresivo es una manifestación afectiva normal. Al igual que los adultos, los niños tienen días en los que se sienten irritables, de mal humor, sin motivación o tristes
Este estado afectivo negativo, es causado por múltiples factores, fisiológicos y ambientales que no somos capaces de controlar.
El estado de ánimo depresivo es una manifestación afectiva normal. Al igual que los adultos, los niños tienen días en los que se sienten irritables, de mal humor, sin motivación o tristes
Este estado afectivo negativo, es causado por múltiples factores, fisiológicos y ambientales que no somos capaces de controlar.
El poderlo reconocer
es el primer paso para superarlo. Al reconocer que actuamos y pensamos de forma
negativa porque estamos anímicos, delimitamos este mal momento, entendiendo que
se trata de algo pasajero, que mañana o pasado estaremos mejor.
No podemos manejar
directamente nuestro sistema fisiológico, muchas veces tampoco podemos
controlar los acontecimientos externos, pero sí podemos manejar mejor nuestros
pensamientos y creencias, a menudo implicadas en las causas y en el
mantenimiento de estos estados negativos.
Algunos adultos
aprenden a reconocer sus estados depresivos. Los niños en cambio aún no los
pueden reconocer por sí mismos.
Estos estados
negativos normales duran pocos días y son leves, ya que aunque estamos mal, nos
permite pensar positivamente acerca del futuro. Cuando estos estados se alargan
en el tiempo o su intensidad es mayor y se piensa en forma negativa y pesimista
acerca del futuro, es posible que estemos frente a un problema psicológico; la
depresión; si bien este es un problema común en la población general, no
hay que dejarlo pasar ya que se complica sin tratamiento y genera otros
trastornos relacionados, como la ansiedad.
Al igual que los
problemas de ansiedad, hace 10 años la depresión en niños y adolescentes era un
tema controvertido entre los profesionales de la salud mental. Hasta entonces
los criterios para determinar si un niño o adolescente estaba deprimido eran
extrapolados de los criterios conocidos para los adultos.
Era difícil que se
aceptara en el ámbito científico que un niño se pudiera deprimir, hoy en día
son muchas las investigaciones epidemiológicas que señalan a la depresión como
uno de los trastornos psicológicos más frecuentes en los niños y adolescentes.
¿A que se debe la
dificultad de aceptación de la depresión infantil? Se debe a su peculiar modo
de manifestarse; es muy difícil encontrar a un niño que acepte el angustiante
sentimiento de tristeza, no es frecuente que un niño diga “me siento triste”.
El niño depresivo se
manifiesta a través de su comportamiento; está irritable, nada le viene bien,
se queja, es difícil de complacer, se aburre con facilidad, se muestra inquieto
o agresivo, con bajo rendimiento escolar o baja motivación; o a través de su
cuerpo, se queja de dolores infundados.
Hoy en día no es
común que profesores y pediatras detecten la depresión, incluso cuando un gran
número niños llegan al médico por quejas somáticas sin causa orgánica.
Las investigaciones
recientes vienen a confirmar los que muchos clínicos afirmaban mediante su
experiencia:
Los niños y adolescentes deprimidos se manifiestan en forma diferente a los
adultos. En la actualidad los estudios proveen consenso en la comunidad
profesional acerca de los criterios diagnósticos de la depresión en los
menores.
Por su propio nivel
de desarrollo emocional, si un niño está realmente triste, es difícil que pueda
reconocerlo y menos aún, expresarlo en palabras. La tristeza depresiva es un
sentimiento tan angustiante, tan inaceptable e inmanejable para un niño, que
trata de apartarse del mismo, negándolo.
El sentimiento de
tristeza prolongado responde a un estado de ánimo en menos, que se manifiesta
en los niños y adolescentes mediante la irritabilidad o malhumor, baja
tolerancia a la frustración, aburrimiento o pérdida de placer en actividades
que antes le gustaban, baja motivación, quejas, o insatisfacción.
Asimismo, el niño
puede poseer baja autoestima,
manifestada por la creencia de no ser
querido por los demás o de ser poco valorado, de ser menos que los otros o de
ser tonto, feo, o que todo le sale mal. Otras veces lo que aparecen son
sentimientos de culpabilidad.
En casos más
específicos surgen ideas pesimistas sobre el futuro o sobre la muerte, con un
trasfondo de ansiedad considerable.
Muchas veces estas
conductas no son fáciles de detectar por padres y educadores, ya que son
síntomas de manifestación interna (sentimientos y pensamientos) que los niños
no suelen compartir. Incluso constituyen un desafío para el psicólogo clínico,
ya que a veces, estos sentimientos son manifestados o se dejan traslucir por un
aparente sentimiento contrario: Por ejemplo, un niño que se muestra con una
autoestima sobrevalorada (inflada, que lo puede todo) puede ser un niño que
precisa inventarse esa fantasía para esconderse a sí mismo cuan poco se quiere,
cuan poco se valora. A su vez, un niño deprimido puede manifestarse como
demasiado alegre, con conductas tontas y payasadas.
Estas conductas
pueden coexistir con momentos en los que el niño esté alegre y juega
normalmente, pero las conductas inadecuadas tienden a ir en aumento.
Algunos niños
manifiestan conductas agresivas, rabietas, lloran por todo o tienen un llanto
difícil de calmar.
Se puede distinguir
dos tipos de manifestación y todos sus matices intermedios. Los niños
deprimidos que bajan su nivel de actividad, con gran carga de sentimientos y
pensamientos depresivos, que no manifiestan. Y los niños deprimidos que se
manifiestan con problemas de conducta, rabietas. Estos últimos son conocidos
como “niños explosivos”, por su gran nivel de irritabilidad, y pobre control
emocional. En momentos críticos, ambos bajan su rendimiento escolar, siendo
este hecho el que muchas veces desencadena las llamadas de atención del maestro
y la consulta de los padres al psicólogo.
Pero si su
manifestación enmascarada y sus criterios diagnósticos comprobados muy
recientemente dificultan la detección precoz por parte de padres, maestros y
pediatras, hay un elemento central que obstaculiza en gran medida su
reconocimiento:
A los adultos nos angustia en demasía aceptar que nuestros hijos puedan
estar sufriendo sentimientos depresivos.
Por diagnóstico y tratamiento para adultos, niños y adolescentes esperamos tu contacto.